La grasa del jamón pata negra
¿Eres de los que retiran la grasa del jamón pata negra por pensar que es poco saludable? Pues sentimos decirte que estas cometiendo un error, ya que cada loncha de jamón pata negra cuenta con una parte de grasa que potencia el sabor y, además, aporta otros beneficios nutricionales. Sigue leyendo para saber porque no deberías quitar la grasa del jamón pata negra.
Tipos de grasa del jamón ibérico
Antes de nada, debemos diferenciar entre la grasa comestible y aquella que debes evitar.
La grasa comestible suele ser blanca o rosácea y esta justo junto a la carne del jamón. Su textura en boca es agradable y su sabor inigualable. Esta grasa aporta jugosidad. Esta grasa se conoce como grasa intramuscular y cuanto más brille, de mayor calidad será el jamón pata negra.
Por otro lado, la grasa que no debe comerse es la de color amarillento y que se encuentra en el exterior del jamón. Esta grasa también marca la calidad del producto, ya que cuanta menos grasa de este tipo tenga un jamón pata negra, este será de mayo calidad. A esta grasa se le denomina grasa de cobertura.
Diferencias entre la grasa del jamón pata negra y el jamón de cebo
Como ya sabrás, el jamón de pata negra proviene de cerdos criados y alimentados de forma natural en la dehesa, a base de bellotas, mientras que el jamón de cebo proviene de cerdos cuyo principal alimento son piensos naturales a base de cereales.
Por esta razón, la textura del jamón pata negra es más suave, al proceder casi por completo de las bellotas, su composición es similar a la del aceite de oliva, conteniendo pocas grasas saturadas y muchas proteínas y ácido oleico.
Otras propiedades de la grasa del jamón pata negra
Los nutricionistas aconsejan el consumo de jamón pata negra como parte de una dieta saludable, esto se debe en parte, a que su grasa contiene calcio, fósforo, magnesio, hierro y vitaminas B1, B6, B12 y E.
Esta grasa, al tener ácido oleico, es beneficiosa incluso para reducir los niveles de colesterol malo o LDL.
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